Depósitos bancarios: Qué son, cómo funcionan y qué tipos hay

Los depósitos bancarios son uno de los productos más populares de la banca. En los últimos meses, y por razones obvias, muchos clientes buscan desesperadamente un depósito que les ofrezca la mejor remuneración posible. Porque tener el dinero parado, hoy en día, es sinónimo de perderlo debido a la inflación.
Lo que probablemente no sabías, es que los depósitos bancarios son además fundamentales para el funcionamiento de la banca e incluso de la economía. Un elevado volumen de depósitos, por ejemplo, es una señal de buena salud financiera.
Para que entiendas mejor a qué nos referimos, vamos a exponer con todo lujo de detalle qué son los depósitos bancarios, cómo funcionan y qué tipos hay.
- Qué son los depósitos bancarios y cómo funcionan
- Tipos de depósitos bancarios
- Depósitos bancarios a vista
- Depósitos bancarios a plazo
- Depósitos bancarios regalo o con remuneración en especie
- Depósitos bancarios estructurados
- Cómo calcular la rentabilidad de un depósito bancario
- ¿Qué impuestos se pagan por los depósitos bancarios?
Qué son los depósitos bancarios y cómo funcionan
Un depósito bancario es un producto financiero en el que el cliente entrega al banco una cantidad de dinero para que lo guarde durante un periodo de tiempo determinado. A cambio de que el dinero permanezca depositado, el banco ofrece al cliente unos intereses, es decir, un porcentaje sobre el total de dinero guardado en concepto de remuneración.
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Cómo funcionan los depósitos bancarios

El tipo de interés que el cliente obtiene por mantener su dinero en un depósito bancario, es normalmente fijo y se conoce de antemano. De este modo, los ahorradores pueden escoger la entidad bancaria que les ofrezca una remuneración más atractiva.
No obstante, existen algunos depósitos en los que la remuneración es variable, en cuyo caso el cliente no obtiene siempre la misma cantidad. En todo caso, el tipo de interés depende del tipo de depósito.
Aunque si no puedes esperar y necesitas el dinero de forma inmediata, puedes optar por estas vías de obtener dinero urgente.
Tipos de depósitos bancarios

Existen varios tipos de depósitos bancarios que se diferencian por el tiempo, la flexibilidad o la remuneración, entre otras cuestiones:
Depósitos bancarios a vista
Los depósitos a vista no suelen comercializarse con este nombre, ya que se les conoce normalmente como cuenta corriente, cuenta bancaria o cuenta de ahorro. Se caracterizan por ser flexibles, lo que significa que el ahorrador puede disponer de su dinero cuando quiera.
El objetivo principal de los depósitos a vista no es rentabilizar el dinero, sino funcionar como soporte para cualquier persona, de modo que pueda recibir sus ingresos y disponer de ellos según sus necesidades.
Lo que se busca, por tanto, con los depósitos a vista, es disponer de liquidez. El interés recibido es totalmente secundario y, de hecho, en muchas cuentes corrientes es inexistente, mientras que en las cuentas de ahorro suele ser bastante bajo.
El banco suele, además, cobrar comisiones por ciertas operaciones, aunque también ofrece ventajas si domicilias tu nómina eligiendo la mejor cuenta nómina.
Depósitos bancarios a plazo
Los depósitos bancarios a plazo se conocen comúnmente como plazo fijo, y se caracterizan por establecer un tiempo límite en el cual el cliente no puede retirar su dinero. En estos casos, existe un contrato entre el cliente y la entidad en la que el primero sí se compromete a no disponer de su capital durante un periodo acordado.
A cambio de esto, la remuneración del banco es mayor. El objetivo de los depósitos a plazo sí es ahorrar y rentabilizar el dinero. Los intereses se pueden recibir en el momento de retiro del dinero o bien de forma mensual, trimestral, anual, etc.
El interés en este caso puede ser fijo o variable. Cuando es variable, se vincula a un índice, generalmente el Euríbor.
Depósitos bancarios regalo o con remuneración en especie
Estos depósitos bancarios no ofrecen al cliente un interés sobre su capital, sino un regalo o pago en especie por abrirlos. Estos regalos ofrecidos por los mejores bancos para abrir una cuenta son normalmente para el hogar, como juegos de sartenes, aspiradoras, robots de cocina, etc.
Es lo más parecido a un depósito a plazo con interés fijo, con la diferencia de que el cliente no recibe su remuneración en efectivo, sino la cantidad equivalente con un regalo. Estos productos financieros fueron muy populares en el pasado, pero actualmente son residuales.
Depósitos bancarios estructurados
Los depósitos bancarios estructurados son productos financieros complejos que combinan el plazo fijo y la inversión. Su rentabilidad se vincula a determinados activos de inversión como las acciones, materias primas, índices bursátiles u otro.
De este modo, los intereses que reciba el cliente dependerán de la evolución de las inversiones a las que esté vinculado el depósito. Ofrecen, por tanto, una rentabilidad variable y no asegurada.
Se trata de depósitos destinados a perfiles que tengan determinados conocimientos financieros y la intención de invertir, tanto si su perfil de inversión es moderado como arriesgado. En todo caso, antes de contratar un producto de estas características es necesario contar con asesoramiento financiero, ya que dependiendo de la inversión a la que esté vinculado, el beneficio es más o menos seguro.
Cómo calcular la rentabilidad de un depósito bancario
Lo más importante, si decides contratar un depósito bancario, es tener claro qué rentabilidad vas a recibir por depositar tu dinero y aceptar las condiciones del banco. Solo así sabrás si el producto que te está ofreciendo la entidad te interesa o no.
Por ejemplo: ¿cuánto se gana por 10.000€ a plazo fijo? Para averiguarlo, hay que conocer de antemano el tiempo que debe estar el dinero depositado, así como el TIN y el TAE.
- El TIN, es el porcentaje de interés que aplica a la cantidad depositada.
- El TAE, es el porcentaje de interés efectivo, es decir, descontando las comisiones y gastos asociados al depósito.
Así pues, si contratas un plazo fijo a cinco años con un TIN del 2% anual y una comisión anual del 0,5%, y depositas 10.000€, obtendrás unos intereses de 1.000€, es decir, 200€ anuales. Asimismo, tendrás unos gastos de comisión de 50€ anuales, es decir, un total de 250€. Por lo tanto, tu rentabilidad total será de 750€, es decir, un TAE del 1,5%.
Si existen otros gastos asociados, deberás también tenerlos en cuenta en el cálculo. Además, recuerda que, de los beneficios obtenidos, tendrás que restar posteriormente los impuestos correspondientes, que no se contemplan dentro del TIN ni del TAE. Sin embargo, puedes ahorrarte los gastos extras al elegir una cuenta online sin comisiones.
¿Qué impuestos se pagan por los depósitos bancarios?
Como todos tus ingresos, aquellos que obtengas por la rentabilidad de un depósito bancario también se gravan con impuestos. Aunque en este caso, no pagas por el dinero que tengas depositado, sino solamente por los intereses recibidos.
Estos, tributan en el IRPF en concepto de rentas del ahorro, y el porcentaje que se pague dependerá de la cantidad recibida. La siguiente tabla muestra la cantidad de IRPF que pagarás por a rentabilidad de tus depósitos bancarios:
De 0€ a 6.000€ | 19% |
De 6.000,01€ a 50.000€ | 21% |
De 50.000,01€ a 200.000€ | 23% |
Más de 200.000€ | 26% |
Continuando con el ejemplo anterior, de los 750€ recibidos por el depósito bancario, habría que pagar 142,5€ de impuestos. El rendimiento final sería, por lo tanto, de 607,5%.